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Las memorias son un género que me cautiva, sobre todo cuando reflejan aspectos de mi propia vida. A través de las vivencias del autor, muchas veces encuentro nuevas maneras de comprender las mías.

En esta ocasión quiero hablarte del debut literario de la escritora y periodista británica Dolly Alderton: Todo lo que sé sobre el amor. Esta obra, que alcanzó rápidamente gran popularidad, ha sido comparada por muchos con el estilo de Helen Fielding, autora de Bridget Jones, por su tono confesional, humorístico y profundamente humano.

Tema y mensaje

En este libro, Alderton narra en primera persona sus aventuras y desventuras desde la adolescencia hasta bien entrada la treintena. A través de anécdotas personales, nos lleva por los años de caos, fiesta, aprendizaje, errores y autodescubrimiento.

Entre los temas principales destacan el amor, la amistad, la identidad y el crecimiento personal. A medida que avanzamos en la lectura, vemos cómo cambia nuestra concepción del amor con los años: desde la obsesión romántica hasta la comprensión de que, muchas veces, el amor más importante no es el que encontramos en una pareja, sino el que cultivamos en nuestras amistades y, sobre todo, en la relación con nosotras mismas.

Opinión personal

Desde la primera página sentí una conexión especial con el libro. Dolly afirma que, para ella, el sonido que marcó su adolescencia fue el del módem conectándose a internet. Esa frase me atrapó de inmediato: «Esa era la banda sonora de mi vida, porque me pasé la adolescencia en internet.»

Como ella, soy parte de la generación millennial. Crecimos en tiempos de Messenger y perfiles en MySpace, y ese universo digital forma parte de nuestra memoria emocional. Por eso muchas de sus experiencias me resultaron tan familiares.

También me vi reflejada en su forma de abordar relaciones tóxicas, la dependencia emocional y ese torbellino de emociones que son los veinte. En la primera parte del libro, Alderton dedica bastante espacio a relatar, con humor y detalle, sus salidas nocturnas, el consumo de alcohol y drogas, y las fiestas con amigas. Esos fragmentos me recordaron al género quit lit, donde autoras relatan sus vivencias con el alcohol hasta que, por diferentes motivos, deciden dejarlo atrás.

Personajes

Aunque se trata de unas memorias, el relato se lee casi como una novela, con Dolly como una protagonista carismática y singular. Su estilo al vestir, sus gustos musicales, su vida social y su forma de vincularse con los demás –especialmente con sus amigas– la convierten en una figura difícil de olvidar.

La relación con su mejor amiga, Farly, es el auténtico eje emocional del libro. Su amistad profunda, leal y compleja nos recuerda que hay vínculos que pueden ser tan o más significativos que cualquier historia romántica.

Dicho esto, uno de los puntos débiles del libro es la gran cantidad de amigas que menciona. Más allá de Farly, cuesta distinguir a las demás, cuyos perfiles quedan algo desdibujados.

Estilo de escritura

El estilo de Dolly Alderton es fresco, directo, honesto y con un sentido del humor muy característico. Escribe como si estuviera hablando con una amiga, y eso genera una cercanía inmediata con el lector.

Sin embargo, algunas secciones me parecieron innecesarias. Las recetas, así como las cartas y correos electrónicos de despedidas de soltera o bodas, me dieron la impresión de ser un añadido forzado, más decorativo que sustancial. En particular, el humor británico cínico de esas escenas no terminó de convencerme. He visto este tipo de recursos en otros libros y, personalmente, me parecen un relleno que resta más de lo que suma.

Calificación

Le doy 4.5 estrellas a Todo lo que sé sobre el amor de Dolly Alderton. Lo recomiendo con entusiasmo, no solo a mujeres millennials que, como yo, puedan leerlo con cierta nostalgia, sino también a chicas jóvenes que estén atravesando los complicados terrenos del amor, la amistad y la identidad. Estoy segura de que encontrarán en estas páginas algo valioso, reconfortante y, sobre todo, muy humano.